29 sept 2011

Marcius Gurgham

Nacido en Saerlask en la frontera este del Imperio Aegares, en el año 1696 del Calendario Aegárico, bajo el signo del agua, hijo de Lunigon de la familia Gurgham y de Narena, fallecida apenas Marcius cumplió los once años.

No se le conocen hermanos ni familia cercana. Desde joven se centró en ser miembro de los cabalgadores de Saerlask, enfrentándose anualmente a los de Gombrer en los feriados, aún que sin mucho éxito.

En el 1714, emprendió un largo viaje hacia la costa oeste, donde se vió involucrado en las aventuras de la Compañía del Fénix.

Historia de Marcius,
Diario de anotaciones privado
Hallado e interpretado
por el Gran Maestre Rwbn




Hijo de Lunigon Gurgahn ‘El pocero’, desde los ocho años que ayuda a su padre en su oficio, y gracias a ello a conseguido estar fornido. El oficio de su padre le obligaba a cavar pozos en todo tipo de terreno, la limpieza de pozos de agua, el desalojo de pozos negros, desatascar pozos obturados por la runa y otras labores menores como el ayudar al cantero a cargar piedras para construir un pozo, la fabricación de la argamasa para unir las piedras y otras duras tareas. Los días en el que el padre no trabajaba, ayudaba en el huerto y en el mantenimiento de las dos vacas lecheras de la familia. El ser hijo único, mas que ser un privilegio para él, se convirtió en una verdadera carga que a la larga agradecería ya que fortaleció su cuerpo y su mente, el trabajo le hizo mas duro que la mayoría de los chicos de su edad.

La madre, Narena, ayudaba en la cocina de la posada, ‘El Cochino Jabalín’, y gracias a ella que aprendió a leer y a escribir. Marcius nunca pregunto a su madre como es que sabia ella, una simple cocinera de posada, leer y escribir, pero lo que cuenta es que enseño a Marcius esta habilidad. Cada día y antes de que se fuera a dormir aprovechaban el fuego de chimenea que aun quedaba y estudiaba hasta que se apagaba y era imposible escribir ni leer nada.

Pronto fue capaz de leer los letreros de los comercios más exclusivos y algunos libros que poseía su madre. Su padre se encargaba también del mantenimiento de los pozos de agua y negros y de las fosas asépticas de la fortaleza del Barón Saerlask. Allí Marcius comenzó a ver y a observar a los militares que se entrenaban, y descuidaba sus tareas de ayudante. Su padre le recriminó en más de una ocasión su actitud, pero al final tan solo le quedaba el maldecir cada vez que tenia que ir a la fortaleza, sabía que le tocaría a el hacer toda la faena.

Poco a poco Marcius se fue haciendo amigo de sargento encargado de la instrucción y de algunos soldados de por allí, que cuando tenían un poco de tiempo libre, intentaban enseñar al pequeño hijo del pocero el arte de blandir una espada y manejarla con habilidad. Al final y tras no muchos enfrentamientos y discusiones con su padre logró convencerlo de que le dejase ir a la fortaleza del Barón para poder empezar a entrenarse en serio en el arte de la guerra. Comenzó como ayudante de las cuadras de la fortaleza, limpiando y dando de comer a los caballos, no le pareció un trabajo duro, como dicen, sarna con gusto no pica. Después de acabar sus tareas en las cuadras pidió al encargado de las mismas que le enseñase a montar. Marcius pensaba que si aprendía ahora a montar, avanzaría mas rápidamente en la instrucción cuando llegase su hora.

Resultó que el encargado de las cuadras, Tarannus, un viejo cabalgador ya retirado de la vida militar, sabía muy bien lo que significaba montar un caballo y realizar maniobras montado, y intento enseñarle a Marcius todo lo que pudiera. Tras un año en las cuadras, fue ‘ascendido’ y le asignaron el mantenimiento de las armas, tenía que procurar que estas estuvieran rectas, lustrosas y libres de herrumbre, ordenar el cuarto de las armas y mantenerlo siempre limpio, ordenar las armas, dar las armas a los caballeros, engrasar las bisagras de las armaduras y otras muchas tareas.

Junto a el había otro muchacho también encargado de las armas, era Ganaël hijo de el herrero del Barón. Pronto se hicieron buenos amigos y practicaban con sus armas en su tiempo libre, utilizando los dispositivos que había en el patio de entrenamiento.

La Forja

Una vez y mientras paseaban por el campo, un poco alejados del baronato, vieron como algo caía del cielo. Una gran roca, envuelta en llamas se estrelló cerca de donde ellos se encontraban, cuando se acercaron vieron que la roca que había caído era de aspecto metálico, esto lo dedujo Ganaël ya que conocía mas de la naturaleza de las piedras. Decidieron llevarse la roca al baronato y guardarlo en la herrería y ver que es lo que se podría hacer con ella.

El padre de Ganaël comprobó que la roca podía fundirse y ser trabajada como el bronce y la mítica Silartia. Ganaël comentó a Marcius que podrian utilizarlo para forjarse unas espadas. Marcius no tenia ni idea de la forja de estas así que se puso manos a la obra a la forja del arma bajo la supervisión constante de Ganaël.
Ganaël tardo más tiempo que Marcius en forjar su espada ya que tuvo que ir deteniéndose para enseñarle y corregirle todos sus acciones de la forja. Marcius acabó la espada, una bella espada larga de bella forja y simple hoja, pero lo más sorprendente era que la espada se adaptaba a su mano y a los movimiento de su brazo de una manera envidiable. La llamo ‘Furia Armoniosa’. Ganaël no había terminado aún su espada, y un hecho ocurrió cuando estaba dando forma a su hoja, una extraña tormenta arrecio durante todo el tiempo que duró esta y la espada salió torcida y enmarañada. El amigo de Marcius no volvió a ser el mismo desde que acabo la forja, la relación entre ellos nunca volvió a ser igual.

Poco después de haber acabado la forja y de que Ganaël se fuera de la fortaleza del Barón por motivos que nunca explicó, Marcius entró a formar parte de las tropas del Barón, y empezó su entrenamiento militar básico.

La Milicia

Una vez en la milicia del Barón el año de entrenamiento fue duro, por ello era conocida la milicia del baronato de Saerlask por la rudeza de sus hombres y la dureza de los entrenamientos.

Los primeros meses fueron muy duros, grandes caminatas de varios
kilómetros por el bosque con el equipo completo que se componía de armadura completa, dos mantas, tres cantimploras, una espada, un cuchillo largo, una daga, casco de bronce (que producía grandes llagas en la cabeza) y otros pertrechos como una cacerola pequeña, enseres para comer, etc. En total mas de 80kg. de equipo. También eran comunes ejercicios como el transporte de sacos llenos de tierra para endurecer las manos, subir y bajar una colina desde que despuntaba el alba hasta que se ponía Veldon y otros muchos. Una vez pasados los primeros meses y tras haber endurecido los cuerpos y la mente de los soldados, a aquellos que no habían renunciado les esperaba al fin el entrenamiento cuerpo a cuerpo, sin armas aún.

Durante otros tres o cuatro meses los ejercicios consistieron en entrenamiento de lucha cuerpo a cuerpo, zafarse de presas, saber defenderse de ataques con espadas con las manos vacías, saber caer y otras muchas técnicas. Durante los últimos meses fue estrictamente dedicado a batalla con espadas, Marcius se especializó en su uso, manejando el arma forjada por el mismo y alcanzando una gran habilidad en su manejo.

Por fin, llegó el último mes de entrenamiento. Y fué el más aburrido para Marcius, durante el entrenamiento a caballo, los primeros días fue simplemente el montar a caballo y de ésto el ya sabia suficiente, pero las ultimas dos semanas fueron la utilización de la espada y la lanza montado y bien que las aprovecho esas ultimas semanas. Armas típicas de los cabalgadores de Saerlask.

Al fin acabó el entrenamiento y pudo optar a formar parte de la milicia del Baron en una buena posición, pero Marcius creía que aún no era lo suficientemente bueno con la espada así que en vez de aceptar el puesto en la milicia del Barón decidió salir al mundo y mejorar su destreza con la espada hasta que considerase que era lo suficientemente bueno como para volver al baronato y entrar en la milicia como un alto cargo, o por que no, entrar a formar parte en el ejercito imperial. Aunque mejor aun, tener un titulo y unas tierras, y ser el duque o el Barón de su propio territorio, pero eso el tiempo lo diría.

Justo antes de dejar el castillo del Barón se despidió de sus amigos y familiares, incluso de Serreth, padre de Ganaël, quien había desaparecido tiempo atrás. Le dijo algo en referencia a su hijo que Marcius no entendió porque no quiso prestar atención a oscuros augurios y partió en busca de aventuras con un caballo y una armadura que le obsequió el Baron Hilmer de Saerlask en persona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario